El término Greenwashing combina las palabras “verde” (green) y “blanqueo” (whitewashing) con el que pretende ocultar prácticas poco empáticas con el medio ambiente tras una fachada ecológica.
Actualmente, la preocupación por el medio ambiente y la sostenibilidad ha aumentado significativamente, por lo que los consumidores buscan productos y servicios que sean respetuosos con el planeta y la gran mayoría elige antes a empresas comprometidas con prácticas sostenibles frente a otras que no lo están.
A raíz de mantener esa imagen hacia los consumidores nace el Greenwashing, una práctica engañosa mediante la cual las empresas intentan presentarse como más respetuosas con el medio ambiente de lo que realmente lo son.
¿Cuáles son las tácticas más comunes del Greenwashing?
- Etiquetas engañosas: etiquetas y logotipos que sugieren que sus productos son ecológicos o sostenibles, aunque no haya pruebas sólidas que respalden esas afirmaciones.
- Afirmaciones sin fundamentos: algunas empresas hacen afirmaciones generales sobre su compromiso con la sostenibilidad sin proporcionar datos o evidencias que las respalden.
- Desvían la atención: esta táctica consiste en resaltar pequeñas acciones o características “verdes” de una empresa mientras se le resta importancia a las prácticas insostenibles que realizar en otras áreas de su operación.
El Greenwashing en el sector de la comunicación visual
En Comunicación Gráfica Alborada llevamos ya más de una década implantado medidas de eco-sostenibilidad y desarrollando políticas de concienciación medioambiental como así lo demuestran tanto nuestras certificaciones medioambientales como diferentes medidas de ahorro energético que estamos implantando: nuestra última instalación provee a nuestra sede central de suministro eléctrico a través de panales solares.
Debido a este compromiso que nos caracteriza, estamos muy preocupados, es alertar de los falsos compromisos medioambientales que algunas empresas de nuestro sector están lanzando como verdaderos cantos de sirena. Creemos estar en la obligación de alertar ante algunas de las técnicas más comunes que se utilizan y que son claramente engañosas para el cliente final:
- El uso de términos como “eco-friendly”, “sostenible” o “amigable” con el medio ambiente sin proporcionar pruebas concretas de sus prácticas.
- El etiquetado puede utilizar certificaciones que suenan ecológicas, pero en realidad no tienen un respaldo confiable.
- Autodenominarse como empresa eco-sostenible sin disponer de ningún tipo de homologación o certificación medioambiental. La norma ISO 14001 o las certificaciones FSC®. Bosques sostenibles, PEFC™. Bosques sostenibles y Transparencia medioambiental EMAS son algunos de los indicadores que un cliente puede solicitar como prueba de dicha eco-sostenibilidad.
- Pueden exagerar los beneficios ambientales, ejemplo, afirman que un producto es “100% libre de carbono” sin proporcionar datos o pruebas que respalden esa afirmación.
En lugar de recurrir a esta práctica tan deshonesta con el consumidor y el medio ambiente, las empresas pueden recurrir por adoptar enfoques más genuinos y responsables hacia la sostenibilidad.
Algunas de las prácticas que las empresas pueden considerar son:
- Educar y concienciar a sus empleados las empresas pueden invertir en programas de capacitación y concienciación interna para sus empleados sobre el cuidado y la sostenibilidad del planeta.
- Innovación y desarrollo en productos y servicios con la búsqueda de alternativas más ecológicas en términos de materiales, diseño, fabricación y ciclo de vida del producto, la empresa puede demostrar un compromiso con la sostenibilidad.
- Apoyar iniciativas comprometidas con el medio ambiente las empresas pueden sopesar la posibilidad de unirse o colaborar con organizaciones reconocidas que promuevan prácticas sostenibles.
- Implantar medidas concretas de ahorro energético como el suministro mediante paneles solares o dispositivos de control de la energía.
Al elegir estas alternativas, las empresas pueden demostrar un compromiso genuino con la sostenibilidad y generar confianza en los consumidores, lo cual es fundamental en la construcción de una economía más responsable y respetuosa con el medio ambiente y una relación más honesta con el consumidor.
La honestidad es fundamental cuando hablamos de prácticas sociales y ambientales de una empresa. Si una empresa afirma tener un enfoque responsable hacia la sociedad o el medio ambiente, pero en realidad no lo cumple, sus consumidores estarán siendo engañados.