Las tarjetas de visita personalizadas son una de las mejores formas de presentar tu marca. En muchos de los casos es la primera impresión que un posible cliente recibe de tu empresa. Por eso no pienses en las tarjetas corporativas como meros “papeles” con datos de contacto. Te contamos cómo sacarle el máximo partido a este sencillo pero importante producto de comunicación gráfica.
Por norma general, las marcas no le prestan demasiada atención al diseño de sus tarjetas de visita. En muchos de los casos se ciñen a aplicar las directrices extraídas del manual de identidad corporativa, sin reparar en otros aspectos de producción como son: el tipo de papel, el acabado, las medidas finales, etc.
Sin embargo, el control del proceso de producción es decisivo para conseguir que la tarjeta pase de ser un simple cartoncito a un elemento corporativo con el que presentar nuestra marca. Ahora bien, como te dirá el responsable de compras, ¡tampoco vayas repartiendo tarjetas de visita como si no existiera un mañana! 🤣
La tarjeta de visita perfecta
Lo recomendable es que inviertas algo de tiempo en pensar cuáles son tus necesidades y elijas las características más apropiadas para tus tarjetas. No te dejes llevar solo por el precio. Logra el equilibrio entre calidad y coste. Actualmente en el mercado puedes encontrar tarjetas de visita con un tiempo de entrega muy reducido, incluso gracias a los nuevos sistemas de producción podrás realizar pedidos recurrentes a demanda.
Abre un pequeño proyecto de diseño y producción de tarjetas de visita corporativas y ten en cuenta los siguientes aspectos básicos::
- Tipo de papel: no todos los papeles son iguales ni tienen el mismo gramaje. Una tarjeta de visita más gruesa te aportará una mayor elegancia y profesionalidad. Esto en el caso de buscar una tarjeta de visita de larga duración, pero si solo necesitas tarjetas para repartir en un momento puntual, un papel más fino será suficiente. Hay papeles rugosos, brillantes, plastificados… decántate por lo que necesites en cada ocasión. Y si lo necesitas, consulta con tu proveedor de servicios gráficos para poder ver (y tocar) físicamente muestras de papel.
- Medidas y formas: aunque las tarjetas de visita personalizadas suelen tener un tamaño estándar, en realidad puedes escoger otras medidas. Por ejemplo, tarjetas más estrechas y alargadas, más cuadradas, etc. A veces, salirse de la norma, es lo que más llama la atención y lo que deja huella: sopesa si deseas tarjetas con formas especiales (redondas, a juego con el logotipo, etc.).
- Plegados: A veces, según el uso que se le vaya a dar a la tarjeta y en función de los datos que queramos mostrar, puede ser aconsejable realizar tarjetas plegadas al centro que formen una especie de “mini díptico”. De esta forma, el usuario puede percibir que lo que recibe es algo más que una simple tarjeta de visita.
- Diseño: por supuesto, esta es la parte esencial de la creación de tarjetas de visita. La sencillez muchas veces es una apuesta segura, pero todo dependerá de tu estrategia de marketing y de tu imagen de marca. Si quieres que tu tarjeta no quede en el olvido utiliza un diseño más informal, pero siempre fiel a la personalidad que quieras transmitir.
- Tirada: dependiendo de la frecuencia de uso, del cargo y de otras circunstancias internas, tú mejor que nadie puede realizar un cálculo de las tiradas iniciales necesarias Recuerda que si dispones de un partner de confianza especializado en servicios gráficos, te será fácil y rápido ir reponiendo las tiradas que se vayan agotando. También te será muy útil realizar una estimación en función de la estacionalidad de tu presencia comercial, puede que el uso de las tarjetas sea más elevado en época de feria o de campañas comerciales y menos frecuente en época de verano. (aunque todos conocemos a algún comercial que lleva tarjeta de visita hasta en el bañador 😉).
- Datos: por mucho que te empeñes en sorprender con tu tarjeta de visita, no olvides que debe contener tus datos personales y de contacto. Recuerda añadir:
- Nombre y apellidos.
- Cargo o departamento en la empresa.
- Dirección de la empresa.
- Email y teléfono de contacto.
- Logo y marca.
Algunos tipos de papel que funcionan muy bien en tarjetas de visita
- Cartulina print speed de 250g. Este papel se considera “premium” por su aspecto delicado y profesional. Con este formato conseguirás una primera imagen digna de las mejores corporaciones. Su blancura es superior y consigue mejorar el contraste visual.
- Conqueror de 220g blanco común. Este tipo de papel es algo rugoso al tacto, tiene un acabado muy llamativo que ofrece la utilidad de poder escribir sobre él sin problemas. Por ejemplo, es perfecto para firmarlo. Las tarjetas son muy rígidas y bastante voluminosas.
- Estucado semimate de 300g. Es el conocido papel couché, el más utilizado para las tarjetas habituales. Tiene un aspecto suave y muy blanco, y su acabado semimate le da esa apariencia refinada. Recomendado para tarjetas resistentes y duraderas en las que predomina tanto el texto como la imagen.